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jueves, 18 de agosto de 2011

GENERACIÓN DEL 98



Este acontecimiento provocó en España una ola de indignación y protesta que se manifestó en literatura a través de los escritores de la Generación del 98.



Características de la Generación del 98
Al tratar sobre la lírica en la primera mitad del siglo XX,  ya hemos hablado sobre el concepto Generación del 98, así como de su origen. Se trata de un término eminentemente histórico-social que tiene una repercusión determinante sobre un grupo de autores literarios preocupados por la marcha que España había tomado desde unos años atrás hacia la decadencia.
Es difícil establecer características comunes para un grupo de escritores tan heterogéneo como el que nos ocupa, aunque es indudable que hay rasgos compartidos por todos ellos –o al menos la mayoría– que no pueden ser obviados. De todos modos, más abajo iremos analizando uno a uno a estos autores y, en ese momento, concretaremos las características generales que a continuación exponemos:

El concepto de generación del que estamos tratando, en su sentido literario, fue analizado por un crítico alemán llamado Julius Petersen. Este autor estableció una serie de premisas que un grupo de autores deberían cumplir para poder ser considerados una generación. Vamos a analizarlas con respecto a los autores del 98:

Los autores deben ser coetáneos: establezcamos desde aquí quiénes son los autores que conforman esta generación: Miguel de Unamuno (1864-1936), Ángel Ganivet (1865-1898), Pío Baroja (1872-1956), José Martínez Ruiz “Azorín” (1873-1967), Ramiro de Maeztu (1874-1936), Antonio Machado (1875-1939) y Ramón del Valle-Inclán (1866-1936). Observamos que entre la fecha de nacimiento del mayor de ellos –Unamuno– y del menor –Antonio Machado– no hay más que once años, con lo que pueden ser considerados coetáneos.

Deben tener una formación intelectual semejante: todos estos autores recibieron las mismas influencias, así como unas preocupaciones comunes. El liberalismo era común a la mayoría de ellos; todos mostraron interés en mayor o menor medida por el Desastre del 98 y la situación subsiguiente; realizaron publicaciones conjuntas, como el Manifiesto (conocido como Manifiesto de los Tres) elaborado en 1901 por AzorínBaroja y Maeztu, apoyados por Unamuno, en el que denuncian la desorientación de la población española, especialmente de la juventud, con tintes regeneracionistas.


Debe darse un hecho generacional que los aglutine: sin duda, el Desastre del 98 es ese hecho en torno al cual se reúnen estos autores al menos desde un punto de vista temático e ideológico.

Presupuestos estéticos, lenguaje y estilo comunes y opuestos a los de la generación anterior: los del 98 se rebelan contra la prosa inflada y grandilocuente de finales del siglo XIX y responden con unas obras claras y luminosas donde la lengua se estructura en párrafos cortos formados, en su mayoría, por oraciones simples, de manera que la comprensión del mensaje se facilita bastante.

Existencia de un jefe o guía espiritualMiguel de Unamuno es la figura que podemos considerar guía de este grupo.

La decadencia de España culmina con el Desastre mencionado, y esto motiva que los autores del 98 analicen la conciencia nacional, el problema de España: las causas de sus males, las posibles soluciones, el pasado, el futuro, etc. 

Estos escritores toman una actitud bastante peculiar ante el problema: buscan el conocimiento de España viajando por ella, describiendo los campos, las ciudades, los viejos monumentos, para intentar recrear literariamente la historia del país. Con esto, podemos decir que no se conforman con un acercamiento sin más al paisaje: es un acercamiento estético, bello, claro. Castilla será el eje del paisaje, como representante de la esencia española, de la decadencia. 

Todos estos autores provienen de la periferia –Unamuno,Maeztu y Baroja eran vascos, Azorín alicantino, Machado y Ganivet andaluces y Valle-Inclán gallego– y coinciden en Madrid. Desde aquí descubrirán los viejos pueblos castellanos, silenciosos y casi muertos, los paisajes, la historia de nuestro país, los monumentos, los recuerdos. Su amor a España les llevó a analizar las causas de tanto declive a través de tres temas fundamentales:


El paisaje: viajaron por España y la describieron, especialmente Castilla, como una re-creación del paisaje. Había que empezar de cero, y esto no era otra cosa que mirar con ojos nuevos lo que les rodeaba. Castilla simbolizaba a toda España.

La historia: no se interesan por la Historia con mayúscula, es decir, la de los grandes hombres y las grandes batallas, sino por la historia del pueblo, de las personas que trabajan día a día, la de los hechos cotidianos, la del trabajo, la de las costumbres, la de “los millones de hombres sin historia”, calificada por Unamuno como intrahistoria.

La literatura: las fuentes literarias que influyen están muy claras, ya que son un referente histórico y literario. Los autores del 98 se interesan por los clásicos de nuestra literatura, como el Poema de Mío Cid, Gonzalo de Berceo, el Arcipreste de Hita, Jorge Manrique, Fray Luis de León, Cervantes, Góngora...


Estos autores evolucionan desde el compromiso social y político de su juventud hasta la evasión por medio de la literatura a medida que van envejeciendo. Azorín poseía de joven una ideología anarquista radica para, posteriormente, evolucionar a posturas conservadoras; Baroja se mostraba contrario a todo –era anticlerical, antimilitarista, anticristiano, antijesuita, antimasón, antisocialista y anticomunista–; Unamuno estaba afiliado al partido socialista; Maeztu se consideraba anarco-socialista.

Todos asistían a las mismas tertulias o a los mismos actos como elemento ideológico común: realizaron una visita en común a la tumba de Mariano José de Larra (considerado por algunos como un precedente de la Generación), fueron de excursión a Toledo en 1902, asistieron al estreno de Electra de Galdós. Antonio Machado y Valle-Inclán, mencionados en el capítulo anterior, fueron más bien modernistas en su juventud (Valle-Inclán, además, simpatizaba con el carlismo tradicionalista) y poco a poco fueron evolucionando hacia compromisos de tipo progresista en su madurez.




Entre los autores del 98 predomina el uso de la prosa para expresarse. La mayoría de las obras más importantes son novelas o ensayos. Tres autores podemos destacar como poetas: Antonio MachadoValle-Inclán y Unamuno. Tanto Valle como Unamuno, a pesar de escribir algunas obras de poesía, cultivan fundamentalmente la novela o el ensayo, en el caso del bilbaíno, o la novela y el teatro en el caso del gallego. Por su parte, Machado es el poeta de la Generación. Aunque tenga escritos en prosa más o menos apreciables, destaca fundamentalmente por su obra poética. Baroja será el gran novelista del 98, entregado por entero a esta labor.


El estilo es muy personal en lo que se refiere a los autores de los que estamos tratando. Aun así, podemos citar algunas características coincidentes:

Reaccionan contra la retórica, el prosaísmo y la grandilocuencia de la literatura anterior. Se convierten en auténticos renovadores del panorama literario de principios de siglo.

El estilo es sobrio y directo. Importa el contenido e intentan que éste llegue al lector de la manera más clara posible.

Cuidan la forma de su prosa, son exigentes y reaccionan contra las imprecisiones o los contenidos confusos.

Recogen palabras que están en desuso y las incluyen en sus escritos. Las ven como una muestra del pasado que hay que conservar.

Visión subjetiva (emotiva o intelectual), entonación lírica y sentimental. Al igual que los autores románticos (Bécquer), asocian el paisaje al estado de ánimo, de ahí que el símbolo de la decadencia española sea la yerma meseta castellana.


Los temas principales de los autores de esta generación, además de los relacionados con la regeneración del país y el problema de España, ya analizados, serán dos:

La vida y la muerte, el sentido de la vida, el paso del tiempo. Estas preocupaciones existenciales estarán representadas fundamentalmente por Unamuno, aunque los demás autores también dan muestras de ellas en su obra, como veremos.

La religión. No hay unanimidad entre ellos en cuanto a este tema: desde los católicos fervorosos como Azorín y Maeztu hasta los agnósticos como Baroja, pasando por los dubitativos, como Unamuno, vemos representadas en la Generación del 98 posturas muy diversas en relación con la religión

Una generación literaria es un grupo de escritores que, nacidos en fechas cercanas y movidos por un acontecimiento de su época, se enfrentan a los mismos problemas y reaccionan de modo semejante ante ellos.



 

Generación literaria
Generación del 98
- Un grupo de escritores.
- Sus principales componentes son: Miguel de Unamuno, Valle-Inclán, Pío Baroja, Azorín y Antonio Machado.
- Nacidos en fechas cercanas.
- Todos nacen entre 1864 y 1875.
- Movidos por un acontecimiento.
- El acontecimiento histórico que los mueve es la decadencia española y el desastre de 1898.
- Se enfrentan a unos mismos problemas.
- La imagen lamentable que presenta España, que ha caído en la apatía y el desinterés.
- Reacción semejante.
- Analizan los males de España e intentan proponer soluciones.



ROMANTICISMO

El Romanticismo es una reacción contra el  espíritu racional  y crítico de la Ilustración  y el Clasicismo y favorecía, ante todo:


Es un movimiento cultural y político originado en Alemania y en el Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción revolucionaria contra el racionalismo de la Ilustración y el Clasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos. 

Su característica fundamental es la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas. La libertad auténtica es su búsqueda constante, por eso es que su rasgo revolucionario es incuestionable. Debido a que el romanticismo es una manera de sentir y concebir la naturaleza, la vida y al hombre mismo que se presenta de manera distinta y particular en cada país donde se desarrolla; incluso dentro de una misma nación se manifiestan distintas tendencias proyectándose también en todas las artes.

§  La conciencia del Yo como entidad autónoma y frente a la universalidad de la razón dieciochesca, dotada de capacidades variables e individuales como la fantasía y el sentimiento.

§  La primacía del Genio creador de un Universo propio, el poeta como demiurgo.

§  Valoración de lo diferente frente a lo común lo que lleva una fuerte tendencia nacionalista.

§  El liberalismo frente al despotismo ilustrado.

§  La originalidad frente a la tradición clasicista y la adecuación a los cánones. Cada hombre debe mostrar lo que le hace único.

§  La creatividad frente a la imitación de lo antiguo hacia los dioses de Atenas.

§  La obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y cerrada.

Es propio de este movimiento un gran aprecio de lo personal, un subjetivismo e individualismo absoluto, un culto al yo fundamental y al carácter nacional o Volksgeist, frente a la universalidad y sociabilidad de la Ilustración en el siglo XVIII; en ese sentido los héroes románticos son, con frecuencia, prototipos de rebeldía (Don Juan, el pirata, Prometeo) y los autores románticos quebrantan cualquier normativa o tradición cultural que ahogue su libertad, como por ejemplo las tres unidades aristotélicas (acción, tiempo y lugar) y la de estilo (mezclando prosa y verso y utilizando polimetría en el teatro), o revolucionando la métrica y volviendo a rimas más libres y populares como la asonante. Igualmente, una renovación de temas y ambientes, y, por contraste al Siglo de las Luces (Ilustración), prefieren los ambientes nocturnos y luctuosos, los lugares sórdidos y ruinosos (siniestrismo); venerando y buscando tanto las historias fantásticas como la superstición.

Un aspecto del influjo del nuevo espíritu romántico y su cultivo de lo diferencial es el auge que tomaron el estudio de la literatura popular (romances o baladas anónimas, cuentos tradicionales, coplasrefranes) y de las literaturas en lenguas regionales durante este periodo: lagaélica, la escocesa, la provenzal, la bretona, la catalana, la gallega, la vasca... Este auge de lo nacional y del nacionalismo fue una reacción a la cultura francesa del siglo XVIII, de espíritu clásico y universalista, difundida por toda Europa mediante Napoleón.

El Romanticismo se expandió también y renovó enriqueció el limitado lenguaje y estilo del Neoclasicismo dando entrada a lo exótico y lo extravagante, buscando nuevas combinaciones métricas y flexibilizando las antiguas o buscando en culturas bárbaras y exóticas o en la Edad Media, en vez de en Grecia o Roma, su inspiración.

Frente a la afirmación de lo racional, irrumpió la exaltación de lo instintivo y sentimental. «La belleza es verdad». También representó el deseo de libertad del individuo, de las pasiones y de los instintos que presenta el «yo», subjetivismo e imposición del sentimiento sobre la razón. En consonancia con lo anterior, y frente a los neoclásicos, se produjo una mayor valoración de todo lo relacionado con la Edad Media, frente a otras épocas históricas.

MODERNISMO





Modernismo, un movimiento artístico de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, que recibe distintas denominaciones nacionales: Art Nouveau , estilo Liberty, secesión vienesa, jugendstil, etc.
Dentro de España se diferencian el modernismo catalán, el modernismo cartagenero, el modernismo canario, etc.
No debe confundirse el modernismo como estilo artístico con un conjunto de conceptos ambiguos: arte moderno, arquitectura moderna, pintura moderna, escultura moderna
Tampoco debe confundirse con el Movimiento Moderno y el Estilo internacional, conceptos también ambiguos que en el contexto cronológico de las décadas centrales del siglo XX se aplica sobre todo a la arquitectura contemporánea.
No debe traducirse directamente por "modernismo" el término inglés "modernism", que en la bibliografía anglosajona suele utilizarse de forma indistinta con el de "modern art" (arte moderno), en sí mismo muy ambiguo.

Desarrollo del Modernismo:
En el desarrollo del modernismo, es posible identificar los siguientes momentos: v Iniciación: La primera generación modernista (1882-1896). José Martí y Manuel Gutiérrez Nájera inician un trabajo de actualización de la lengua, principalmente en la prosa, aunque también en el verso, muy fijos al modelo español. v Culminación: En 1888, Rubén Darío publica su libro Azul. En esta época ya se habían realizado grandes innovaciones en la palabra poética. Por medio de su obra en Chile, Argentina y España, Darío realiza una tarea excepcional, que consolida el Modernismo como movimiento continental y se convierte en su síntesis más brillante, tanto en América como en España. En 1896 se edita Prosas Profanas, el libro de Darío que oficializa el Modernismo en Hispanoamérica. v Continuación: La segunda generación modernista. Consagrado Rubén Darío como jefe de la escuela del Modernismo, cuando ya los iniciadores habían muerto prematuramente, los escritores de esta segunda generación continuarían la obra con sus aportes personales. Ellos son, entre otros, Leopoldo Lugones, Ricardo Jaimes Freyre, Amado Nervo, y Julio Herrera y Reissig.

Las etapas:

De acuerdo con su temática y, a través de ella, y la manera en que el artista "mira" el mundo, se diferencian dos etapas en el desarrollo del Modernismo: ü Etapa Preciosista: Predominan los temas exóticos y símbolos de la antigüedad. El arte no ejerce un compromiso con l realidad sino que se relaciona con una estética de evasión, se eligen los paisajes versallescos y las innovaciones de la poesía francesa. Está representada por Prosas Profanas. ü Etapa mundonovista: Se valorizan las raíces hispánicas de América y aparece el interés por los temas sociales y políticos de la época. Está representada por el Darío de Cantos de vida y esperanza, por Santos Chocano y el Lugones de Odas seculares.

Características del Modernismo:

Se pueden establecer los siguientes rasgos del Modernismo:
Amplia libertad creadora.

Sentido aristocrático del arte. Rechazo de la vulgaridad.
 Perfección formal.

Cosmopolitismo: el poeta es ciudadano del mundo, está por encima de la realidad cotidiana
 Actitud abierta hacia todo lo nuevo.
Correspondencia de las artes (aproximación de la literatura hacia la pintura, la música, la escultura).

 Gusto por los temas exquisitos, pintorescos, decorativos y exóticos. Se constituyen como temas la mitología, la Grecia antigua, el Oriente, la Edad Media, etc.